El Fundamento del Pueblo de Israel
1. Israel = El Pueblo
• Hebreo, Israelita, Judío son sinónimos
a. Hebreos son los descendientes de Abraham el hebreo – Gn. 14:13
b. Israelitas son los descendientes de Yaaqov – Lev. 25:55
c. Yahudim son los descendientes de Yahudah – Zac. 8:23
• Son una familia universal. No depende del color de la piel ni de raza
• El converso viene a ser parte de la Familia por la fe – Is. 56:3
• Por la fe en el Mesías de Israel se hace israelita – Ro. 11:17, 24
• Son un pueblo especial – Dt. 7:6
• Maneras de servir al Padre:
a. Estudiar Torah - Dt. 31:11
b. Observar los mandamientos éticos y rituales – 1 S. 15:22
c. Luchar por la justicia y la equidad en la sociedad – Is. 56:1; 62:1
• Los pueblos de la tierra tienen sus propósitos divinos – Gn. 22:18; Is. 2:3; 25:6
• Nuestro propósito es llevar a los pueblos de la tierra a un reconocimiento de la soberanía de YHWH y a una aceptación de los valores básicos revelados por YHWH a Israel. – Gn. 17:5; 51:4
2. Israel – Su tierra
• El lazo de con la tierra comenzó con Abraham hace 3800 años – Gn. 17:7-8; Dt. 34:4
• Sólo en esta tierra se pueden implementar todos los mandamientos. Gn. 26:4
• Es un deber de Israel poseer la tierra - Nm. 33:53
• Desde la posesión hace 3200 años siempre ha habido judíos allí. Gn. 28:14
3. Israel – Su Deidad
• El eje central de la fe es un único YHWH – Dt. 6:4; Lv. 25:38
• Abraham fue el primer monoteísta – Gn. 18:19
• La fe de Israel no se basa en milagros – Por fe, no por vista – 2 Co. 5:7
• Conceptos de la Deidad
a. Su universalidad – un Ser Universal
b. Su espiritualidad – un Ser Moral
c. Su Unidad – un Ser Único
• Adorar a un hombre o a una cosa es idolatría – Deu. 10:20; Mat. 4:10
• Aceptar el yugo del Reino es rechazar la dominación humana (rechazar / aborrecer a los Nicolitas Rev: 2)
4. Israel – Su Torah
• La revelación en Sinay es el fundamento de la Torah – Dt. 4:8
• Nada se le añade ni se le quita a la Torah – Dt. 12:32
• Los Escritos Nazarenos no suplantan la Torah – Mt. 5:17
• La Halakhah es El Camino israelita - Sal. 119:45
• El Camino es un estilo de vida – Hch. 16:17; 18:25, 26; 19:9, 23; 22:4; 24:14; 23:22; 24:22; 2 P. 2:2; 21
Rom 2:28-29 Porque no es judío (pueblo de YHW israelita) el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne; sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de YHWH.
Rom 10:11-13 Pues la Escritura dice: TODO EL QUE CREE EN EL NO SERA AVERGONZADO. Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Adón (Señor) es Adón de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan; porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DE ADONAY SERA SALVO.
Col 3:9-11 No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó (YHWH); una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Yeshúa es todo, y en todos.
1. Para interpretar correctamente la Escritura Sagrada, debemos usar las Escrituras Hebreas (el Tanakh) como la base de nuestra enseñanza. Luego debemos interpretar los Escritos Apostólicos a través de las enseñanzas del Tanakh, reconociendo que hay una completa armonía en la Palabra, para así lograr una sana enseñanza (Juan 10:35). En los Escritos Apostólicos encontramos que se hace referencia repetidamente a la Ley (Torah), los Profetas (Neviím) y los Salmos (Ketuvim): en otras palabras, la Palabra del Todopoderoso YHWH (Mt. 4:4; Jn. 5:39; Lc. 24:44-46; 2 Ti. 3:14-17; Is. 8:16, 20; Hch. 17:11). El Tanakh vio un cumplimiento parcial en los relatos que se registran en los Escritos Apostólicos, mientras que hallarán su cumplimiento pleno en los años que seguirán a la segunda venida del Mesías nuestro Salvador Yeshúa.
2. Hay un solo Todopoderoso Padre celestial que está sobre todos, y a quien debemos nuestra reverencia y adoración (Dt. 6:4, 13; Mt. 4:10; 1 Co. 8:4-6).
3. El Mesías ha venido en forma humana como el hombre reconocido como el Salvador en los Escritos Apostólicos, que pre-existió con el Padre (Jn. 16:28-30; Sal. 2; Miq. 5:2; Jn. 17:5; Flp. 2:5-8); que nació de una virgen (Mt. 1:18, 23; Lc. 1:26-38); que vivió una vida sin pecado (1 P. 2:22); que mediante su muerte en el madero del Gólgota podemos tener expiación de nuestros pecados (Is. 53; Heb. 9); que resucitó al tercer día (Mt. 12:40; 1 Co. 15:1-8); para darnos la esperanza de la resurrección también (Ro. 5:6-12; 1 Jn. 5:9-13).
4. Es necesario y muy importante para nuestra relación con el Todopoderoso que aceptemos el Nombre personal revelado de nuestro Padre Celestial YHWH y el nombre de Su Hijo, nuestro Salvador Yahoshúa (Hebreo) o Yeshúa (nombre corto) el Mesías. Afirmamos también que la más exacta transliteración de estos nombres del hebreo al castellano es la presentada aquí (Éx. 3:14-15; Sal. 68:4; Sal. 83:18; Is. 42:8; Is. 52:6; Hch. 4:12).
5. El Espíritu de Santidad (Rúaj haKodesh) es el potente poder que proviene del Padre Celestial y del Mesías, que mora en nosotros de modo que podamos tener la habilidad y la fortaleza para poner nuestras vidas en un estado de plenitud que agrade a nuestro Padre Celestial (Jn. 14:15-27). La doctrina trinitaria (binitaria o triunitaria) es extraña a las Escrituras Sagradas. El Espíritu de Santidad se imparte a los creyentes obedientes por la imposición de manos de los Ancianos de la Congregación después de la inmersión de dedicación (Hch. 19:1-6; Hch. 8:14-24; 1 Ti. 4:14; Hch. 2:38; Hch. 5:32).
6. Como hijos obedientes es necesario obedecer todos los mandamientos, estatutos, y juicios (excepto las leyes relativas a sacrificios rituales de animales) que el Padre Celestial le dio a Israel para constituirlos en un pueblo separado (Lv. 20:7-8; Dt. 6:6-9, 25; Dt. 7:6-11; Mt. 5:17-20; Ro. 7:12). Ahora es posible mediante el Espíritu de Santidad obedecer esos mandamientos por fe para nuestra consagración (Ef. 2:8-10; Stg. 2:17-20). Ahora presentamos un sacrificio espiritual más bien que sacrificios de animales, comidas, y ofrendas de bebidas (Heb. 13:15-16; 1 P. 2:5; Ro. 12:1; Flp. 4:18).
7. El pecado es la transgresión de la Ley (la Torah) de YHWH (Lv. 4:2, 13, 27; 1 Jn. 3:4). Lo que no está prohibido en la Torah no es pecado, aun cuando pudiera parecer inapropiado para algunos. Lo que no se ordena en la Torah no es obligatorio, aun cuando pudiera ser apropiado para algunos.
8. A fin de librarse del pecado, una persona debe aceptar la sangre derramada de Yahoshúa el Mesías como expiación y vivir en sumisión a la voluntad del Padre Celestial por medio de obedecer Sus Leyes (Miq. 6:6-8; 1 Jn. 1:7; 1 Jn. 2:2; Heb. 10:26-31; Ef. 1:6-7). YHWH le ha concedido gracia (bondad inmerecida o misericordia) a todos los que obedecen su Ley (Ro. 3:24). La gracia no es una licencia para vivir como a uno le plazca (Judas 4).
9. La inmersión en agua es un acto necesario después del arrepentimiento (Hch. 2:38; Mt. 3:13-17); esta inmersión se hace en el nombre de Yahoshúa el Mesías (Ro. 6:3-6; Jn. 5:43; Jn. 14:26); esta inmersión indica simbólicamente una limpieza interior (Ro. 6:7-23; 1 Co. 10:1-10). La inmersión, excepto en raras instancias, es un paso necesario para recibir el Espíritu de Santidad (1 P. 3:21).
10. La obediencia a los mandamientos del Todopoderoso YHWH incluye la observancia y la santificación de sus festividades ordenadas en Levítico 23 y Números 28-29.
11. El séptimo día de la semana, el Shabat, (llamado comúnmente sábado) se sostiene tanto en el Tanakh como en los Escritos Apostólicos (Éx. 20:8-11; Mc. 2:27- 28; Lc. 4:16; Heb. 4:4,9). El Shabat es una señal entre YHWH y su pueblo (Ex. 31:12-17).
12. Los meses bíblicos se determinan por los novilunios visibles en Jerusalem (Dt. 16:1). El primer día de cada mes se identifica por la aparición del novilunio. Las Escrituras indican además que la Ley saldrá de Sión en el Milenio (Is. 2:3); los días santos serán entonces establecidos desde Jerusalem (Is. 66:23). El día escritural comienza y termina con la puesta del sol (Lv. 23:32; Mc. 1:32).
13. La Cena Memorial de la Pascua (Pésaj) en esta Era Mesiánica es también el Memorial anual de la muerte de nuestro Salvador. El Memorial de Pascua ha de observarse en la tarde del día 14 del mes bíblico de Abib, tras la puesta del sol, al final del día (Éx. 12:3-14; Nm. 28:16; 1 Co. 5:7-8; 1 Co. 11:23).
14. En la observancia de la Pascua se utilizan los mismos emblemas que se han utilizado siempre. El pan inleudo (matzot) es símbolo del cuerpo quebrantado de nuestro Salvador (1 Co. 10:16; Éx. 23:18). El vino tinto es símbolo de la sangre derramada de nuestro Salvador (heb. yayin, ?asis) (Mt. 26:27-29; Is. 65:8-9; Dt. 32:14). El día 14 de Abib no es un Shabat (Dt. 16:3-4). Es el día de preparación para la fiesta de los Inleudos, el día anterior al Shabat anual (Mc. 15:42; Lc. 23:54; Jn. 19:31, 42; Éx. 12:18; Éx. 34:25).
15. La Fiesta de los Inleudos (ácimos) se observa desde el día 15 hasta el día 21 (inclusive) del mes de Abib; durante este periodo comemos pan inleudo en nuestras comidas (Lv. 23:6), mientras simbólicamente nos limpiamos de todo lo que corrompe, queriendo decir la falsa enseñanza que lleva al pecado (1 Co. 5:6-8; Mt. 16:12; Mc. 8:14-15; Lc. 12:1). El primero y el último días de esta observancia se observan como shabatót (días de reposo) y convocaciones para confraternización y alabanza de nuestro Padre Celestial (Éx. 12:15-20; Nm. 28:17-25; Hch. 20:6-7).
16. La Fiesta de Shavuót (Pentecostés) ha de observarse siete semanas después de Pascua, comenzando nuestra cuenta con el día siguiente al sábado semanal que cae en Pascua o durante la semana de los Inleudos (Josué 5:10-12). Shavuot (Fiesta de las Semanas) se observa siempre en el primer día de la semana (Lv. 23:9-21; Hch. 2). Encontramos que ese fue el día del derramamiento del Espíritu de Santidad sobre la comunidad nazarena original, y fue también el tiempo cuando Israel ratificó la alianza con YHWH dada en el Monte Sinay.
17. Observamos la Fiesta de las Trompetas en anticipación del regreso de nuestro Salvador que viene del cielo por su esposa, la congregación (Lv. 23:24-25; Nm. 10:1-10; Nm. 29:1; 1 Ts. 4:16).
18. El ayuno del Día de la Expiación (Yom Kipur) ha de observarse como un memorial de la expiación que realizó por nosotros nuestro Salvador en el madero del gólgota. Este día ha de observarse como un estricto Shabat y día de ayuno (Lv. 23:27-32; Hch. 27:9).
19. La Fiesta de las Cabañas ha de observarse en esta Era Mesiánica como un preámbulo del reino milenario de YHWH (Lv. 23:34-39; Jn. 7:1-39; Zac. 14:16-21). La Fiesta de las Cabañas es una fiesta de siete días, siendo el primer día una convocación sagrada, mientras el día octavo, llamado el último Gran Día, ha de observarse como una convocación sagrada también (Jn. 7:37).
20. Nuestro Salvador Yahoshúa el Mesías establecerá el Reino de YHWH, el Reino de los Cielos, en esta tierra (Sal. 115:16; Pr. 11:31; Mt. 5:5; Rv. 5:10). Este Reino Milenial prevalecerá por 1,000 años y será establecido por el Mesías Yahoshúa en su segunda venida. En ese tiempo la justicia se establecerá como el orden del día, y esta tierra será convertida en un paraíso edénico que el hombre perdió originalmente por el pecado (Is. 11:1-10; Mt. 6:10). Después del Milenio, se producirán un nuevo cielo y una nueva tierra, (o sea, un nuevo orden mundial), (Is. 66:22; Rv. 21:1).
21. Las Escrituras enseñan un castigo eterno para los impíos pero ese castigo será la destrucción completa en el lago de fuego (Guehinóm), y rechazamos la idea de un tormento eterno en un infierno eternamente ardiente (2Tes. 1:7-10; Mal 4:1-3; Salmo 37:20-22; Isaías 33:12; Mat. 25:46; Jud. 7). La Biblia enseña la existencia de un Diablo literal (Satán), (Gn. 3:1-15, Zac. 3:1-2, Mt. 4:1-11, 1 P. 5:8, Rev. 12:9). Satán será destruido al final del Milenio (Eze. 28:18-19, Ro. 16:20, Rev. 20:7-10).
22. La adherencia a la ley de carnes puras en impuras en Levítico 11 y Deuteronomio 14 permanece en efecto y vigente en nuestra era, y es importante para nuestra salud física (2 Co. 6:16-18). por las implicaciones tanto físicas como espirituales que trae como consecuencia comer carnes no limpias. Es sabiduría de YHWH no de hombres, así lo ordenó.
23. Las Escrituras enseñan la unción con aceite en el nombre de YHWH y en el nombre de Yahoshúa el Mesías para sanación de enfermedades. El servicio de unción debe hacerse con al menos dos ancianos si es posible (Stg. 5:13-20; Ex. 15:26).
24. Con el fin de sostener la obra de solidaridad, enseñanza y educación, todo miembro del Cuerpo del Mesías está llamado por la ley de las Escrituras a dar ofrendas y diezmos (el 10 por ciento de sus ingresos o ganancias) a la congregación local (Pro. 3:9). No para lucro de una persona sino para el funcionamiento de toda la Comunidad y sostenimiento de los necesitados de dicha comunidad. Estos diezmos pueden entregarse en cualquier momento del mes o del año para edificación de la obra educativa y de restauración israelita (Mal. 3:8-12; Lv. 27:30-33; Mt. 23:23). Los oferentes pueden comer de su diezmo durante las Fiestas sagradas, y también deben compartir con los pobres en dichas fiestas (Dt. 14:22-26, Dt. 14:27-29, Dt. 26:12-17).
El orden en la Comunidad de Creyentes Israelitas
La enseñanza de las Escrituras relativa a la comunidad de fieles es una enseñanza de ley y orden, de arriba hacia abajo. YHWH es la Cabeza del Mesías, y el Mesías es la Cabeza de la Comunidad. El Todopoderoso YHWH no es autor de confusión; por consiguiente, todo debe hacerse decentemente y en orden (1 Co. 14:33,40).
El orden de la Comunidad creyentes Israelitas debe construirse tan cercanamente como sea posible al que fue designado por el Todopoderoso YHWH para el Israel de la antigüedad y continuado por los Apóstoles. Encontramos referencia a este orden en Éxodo 18, Números 11, y Efesios 4:11. La Escritura Sagrada revela que los oficios proféticos y apostólicos específicos han sido llenados, aunque esas funciones permanecen en los oficios de evangelista, pastor, y maestro, junto con el de supervisor y asistente (1 Ti. 3; Tit. 1:5-9; Nm. 11:25). Además, la Escritura reconoce el título de ministro (servidor) relativo al oficio de los ancianos elegidos de YHWH (Ro. 15:16; Heb. 10:11; Ro. 12:7).
Siendo que es el Todopoderoso YHWH y Yeshúa el Mesías mediante su Espíritu de Santidad (Ruaj haKodesh) quienes dan posiciones de liderato en la Comunidad Mesiánica (para evitar la política interna), el término de esos oficios (no jerarquías) es permanente (1 Co. 12:11,18,28). Si algún anciano no permanece fiel, o deja de calificar según los requerimientos bíblicos y las normas establecidas, puede ser removido de su cargo por el Cuerpo de Ancianos.
Los líderes en la Comunidad de creyentes Israelitas deben cumplir con los requisitos bíblicos (1 Ti. 3:1-7; Tit. 1:5-9). Debe ser la póliza de la Comunidad elegir (entre todos) hombres capacitados que sean ciertamente ancianos en el Cuerpo del Mesías, llenos de Espíritu de Santidad de YHWH, para servir en cualquier capacidad oficial. La Escritura excluye a las mujeres de ejercer autoridad sobre la congregación, pero pueden ser asistentes y así participar en la dirección de la Comunidad (1 Ti. 2:11-14; 1 Co. 14:34).
Los asuntos de enseñanza de la comunidad deben quedar en los confines del líder o maestro principal y los ancianos. Las decisiones en cuanto a la enseñanza deben ser tomadas por el Cuerpo de Ancianos según Hechos 15, y no en la congregación general ni tampoco solo por el siervo o maestro principal. Todos los miembros de la Comunidad deben tratar de conformarse a 1 Corintios 1:10 y Efesios 4:1-7, para estar en unidad de enseñanza. La Comunidad debe mantenerse como un Cuerpo unido, siguiendo el ejemplo de 2 Tesalonicenses 3:6-16.
Debe mantenerse la exposición de la sana enseñanza; por lo tanto, solamente a personas conocidas por la comunidad local se les debe permitir enseñar en la congregación.
El gobierno de las congregaciones locales debe conformarse al modelo de las Escrituras. Los asistentes de la comunidad estarán a cargo de proveer para las necesidades temporales de los pobres de la comunidad mediante la repartición de la porción de los diezmos que les corresponden.
La Vida Espiritual en la Comunidad
En las Escrituras Sagradas encontramos un cuadro definido de la vida espiritual que ha de vivir cada miembro de la comunidad de creyentes Israelitas (todo aquel que ha creído y obedece los mandamientos). Las Escrituras nos enseñan una vida de total obediencia al Todopoderoso YHWH y a sus leyes perfectas. Los miembros de la Comunidad deben ser ejemplos notables para el mundo exterior de la adoración verdadera que se encuentra en las Escrituras. Debe ser nuestro objetivo vivir tan cerca como sea posible de nuestro Padre Celestial YHWH cada día. Debe ser nuestra meta vivir una vida sencilla, absteniéndonos de actividades negativas en las que se entretiene la sociedad que nos rodea. Como embajadores del Reino celestial venidero, debe ser nuestro deseo excluirnos del envolvimiento activo en las luchas políticas de las naciones (Dt. 17: 14-15; 1 Jn 2:15; 2 Co. 5:20; Mt. 5:14-16; 2 Ti. 2:4; Lv. 26; Dt. 28).
Las Escrituras ordenan modestia en la vestimenta tanto para hombres como para mujeres (1 Ti. 2:8-10). Las Escrituras enseñan un patrón de liderazgo en cuanto a nuestras posiciones de autoridad en la Comunidad y en el hogar (1 Co. 11:1-16; 1 Ti. 2:2-15; 1 P. 3:1-7). Con relación a este orden, la mujer está llamada a cubrir su cabeza con un velo en la adoración y cuando enseña a otros. El hombre no debe cubrirse con un velo.
Las Escrituras enseñan la pureza del cuerpo, lo que incluye que no debemos ingerir ninguna droga adictiva, perjudicial, o ilegal las cuales pueden causar que el cuerpo pierda su naturaleza santificada, posiblemente causando que el espíritu de santidad se aparte de nosotros (2 Co. 6:14-18). Debe ser nuestro objetivo vivir tan saludablemente como sea posible, con el fin de que presentemos al mundo un testimonio de fortaleza y por consiguiente seamos más efectivos en testificar por YHWH.
Las Escrituras enseñan la no-violencia hacia nuestro prójimo. Se nos manda vivir en paz con todos los seres humanos y a seguir la "regla de oro" establecida en Mateo 7:12; Lev. 19:17-18; Mateo 22:39. El ejemplo que nuestro Salvador Yeshúa el Mesías nos dejó, en el cual él dejó la venganza en las manos del Todopoderoso YHWH, debe ser seguido por todos los hermanos de la Comunidad. Nuestra actitud hacia todos los seres humanos debe ser tal que nuestro amor gane a nuestros enemigos (1 P. 2:21-23; 1 Co. 6:1-11; Mt. 5:33-48).
En armonía con esta actitud que muestra paz con todos los seres humanos, los miembros de nuestra comunidad deberían abstenerse del servicio militar combatiente. En respuesta al llamado militar se recomienda que los jóvenes acepten una posición de no-combatientes o un trabajo en alguna institución humanitaria, de acuerdo con las leyes del gobierno local que regulan los servicios alternos. Los líderes de la Comunidad tienen la responsabilidad de enseñar y adiestrar a la hermandad en cumplir con estos principios bíblicos (Éx. 20:13; Dt. 5:17; Mt. 5:38-48; Lc. 6:27-35; Mt. 26:52; Jn. 18:36; Ro. 12:9-21).
Debería ser la meta de cada miembro de la comunidad establecer un hogar en el que prevalezca un espíritu de amor. Cada esposo y esposa en el Mesías debe esforzarse por edificar una vida que se proyecte hacia la eternidad. Los miembros iluminados de la Comunidad no deberían hallar soluciones para sus problemas matrimoniales en las cortes de divorcio. Los padres tienen el deber de enseñar a sus hijos en el camino correcto que lleva a la vida eterna (Ef. 5:20-33; Ef. 6:1-9; 1 Co. 7:1-17). Nuestras vidas diarias son el mejor testimonio que podemos presentar, tanto a los de la comunidad como a los de afuera, para que no se traiga reproche al Nombre del Mesías.
El espíritu de amor debe ser evidente entre los hermanos de la Comunidad. Toda diferencia entre los hermanos debe manejarse según Mateo 18. El acusado tiene el derecho de enfrentarse a su acusador. Ningún hermano debería tomar el recurso en los tribunales mundanos en caso de un desacuerdo contra su hermano en el Mesías (1 Co. 6).
La salvación se extiende gratuitamente a todo miembro de la raza humana. Las Escrituras enseñan que toda persona es bienvenida en la familia de YHWH independientemente de raza. La Sinagoga ha de ser la casa de oración y estudio para todos los pueblos (Isaías 56:7). En la comunidad apostólica, se aceptaba a los gentiles (pueblos étnicos), (Hch. 8:27-39; Hch. 10-11; Gl. 3:28; Co. 3:11). El amor de YHWH a través del sacrificio de Yeshúa el Mesías se le concede a todo el que venga (Rev. 3:20). Él ha hecho de uno solo (Adam) a toda nación de humanos que moran sobre la tierra (Hch. 17:26). Todos los miembros de la Comunidad de creyentes Israelitas deberían producir los frutos que den evidencia de esta convicción.
Todo miembro de la Comunidad de creyentes Israelitas debería buscar oportunidades de testificar de la verdad de las Escrituras Sagradas. Todos deben contribuir a la edificación del Cuerpo del Mesías que saldrá al encuentro del Salvador en el aire cuando él regrese. Todo miembro de la Comunidad debería esforzarse por cumplir las Escrituras en todo lo posible de modo que sea un buen ejemplo al mundo exterior de la adoración verdadera, de modo que otros deseen unirse al Cuerpo del Mesías (1 P. 3:15).
La comunidad de creyentes Israelitas no tiene nombre ni apellido. Podría llamárseles Nazarenos ya que así se les llamo a los seguidores (secta) del Mesías Yeshua quien nació en Nazaret como estaba profetizado. Podría llamárseles Los del Camino (Bet haDerej) como también se les nombró. Mesiánicos porque creyeron en el mesías (Mashiaj en hebreo) Yeshua y le obedecen y guardan los mandamientos de La Toráh como lo enseñó El mismo. Pero definitivamente no "cristianos" ya que este término es incorrecto ya que proviene del griego Χριστος (jristos) o latín Christus que quiere decir ungido o iluminado. Para los griegos y romanos todos los dioses de ellos eran jristos o christus y fueron los romanos quienes impusieron ese término y crearon una religión sincretizada con las tradiciones y rituales paganos de sus culturas en al año 325 de la era común por medio de Constantino un Emperador pagano y antisemita que persiguio y mató de todas las formas inimaginables a o los que profezaban la fe de Los Nazarenos y estos fueron excluidos de toda participación en El Canon bíblico.
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